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Un usuario promedio revisa su celular unas 50 veces al día. Nueve de cada 10 afirma que es lo último que ven antes de dormir y lo primero al despertar; según un estudio de la firma Deloitte.

Para acceder a Internet los smartphones son ya el medio favorito en el país, incluso, en muchos casos, es el único. Este se refleja en el número de horas que cada día se destinan a navegar por la web.
En 2010 un mexicano promedio pasaba alrededor de tres horas y 32 minutos diarios conectado a Internet. Ahora, de acuerdo con la más reciente encuesta de hábitos llevada a cabo por la Asociación de Internet.MX, 67% de la población mayor de seis años tiene acceso a la red y pasa alrededor de ocho horas con 12 minutos conectada, en nueve de cada 10 casos utilizando un smartphone.
Aunque parece una actividad común y sin consecuencias negativas, lo cierto es que el dedicar mayor tiempo a utilizar un celular está transformando la manera en que las personas actúan y se relacionan.
Según un estudio de Kaspersky Lab, actualmente las personas dependen tanto de la conectividad que 15% de los usuarios en México preferiría ser visto desnudo en público antes que no llevar consigo un dispositivo conectado a la red.
La dependencia es tan fuerte que perder un teléfono inteligente puede ser más estresante que situaciones como el no llegar a tiempo para tomar un tren o un avión; sufrir un accidente automovilístico sin mayor impacto; o enfermarse.
Los smartphones pueden ser de ayuda en tantas situaciones que, en un viaje, por ejemplo, 18% los encuestados dijeron que tener acceso a sus equipos con Internet es tan importante como la comida, el agua y hospedaje, debido a que 60% depende de ellos para tomar fotos, encontrar el camino de un punto a otro (41%) o pedir ayuda (32%). De hecho, 32% ni siquiera puede imaginarse viajando sin ellos.
Dado que la conectividad es una parte vital de las relaciones con la familia, amigos y seres queridos, los mexicanos aseguraron que, cuando no pueden usar sus dispositivos, se sienten intranquilos al pensar que se van a preocupar por ellos (62%) o que no podrán ayudar a los demás si algo sucede (46%).
La preocupación por no estar conectado, y lo que eso significa para la relaciones con los demás, a menudo está justificada. El impacto de no tener una conexión que funcione puede ir desde perder una cita (22%) hasta problemas de largo plazo: 12% de los mexicanos admite haber tenido problemas con sus seres queridos como resultado de que su dispositivo se quedó sin batería, se extravió o se lo robaron.

Fuente: http://www.asiap.org